El año 2014 ha sido un año intenso en términos de política en América Latina. De hecho, se podría incluso llegar a considerar como el primer año de un cambio de ciclo. Un nuevo ciclo político que se caracterizaría por la volatilidad electoral y la debilidad de las hegemonías partidarias y personalistas.
En este informe regional aparece reflejado cómo la región está entrando en una nueva etapa económica y social de su historia (mucho más compleja, de mayores tensiones y reclamos de las emergentes clases medias y los sectores populares), y eso tiene unas consecuencias directas sobre los sistemas de partidos y la gobernabilidad de los países de la región. Se muestra cómo se está poniendo a prueba la capacidad de los gobiernos para responder a las presiones sociales e impulsar políticas públicas que encuentren un consenso generalizado entre la ciudadanía.