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En las últimas semanas, una imagen se ha convertido en una de las fotografías icónicas del presente siglo. Nos referimos a la capturada por la atenta mirada de la fotógrafa Nilufer Defir en una playa turca. La imagen del cadáver de Aylan, un niño sirio de corta edad, reposando a la orilla del mar sacudió las cancillerías europeas. Su publicación en los rotativos de todo el mundo coadyuvo al cambio de la política de asilo y refugio de los principales países de la UE.
Desde que la imagen se ha apoderado del relato periodístico, otras fotografías se han vuelto icónicas y han tenido importantes efectos en la opinión pública. No son pocos los que defienden el valor que poseen estás duras imágenes para concienciar a la Comunidad Internacional sobre la gravedad de guerras, genocidios, hambrunas o catástrofes de todo tipo. Frente a ellos, otros muchos las critican por conculcar derechos fundamentales y producir una segunda victimización de los familiares de las víctimas.
Luis Serrano Rodríguez, director del Área Crisis de LLORENTE & CUENCA España