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El mood es positivo para una reactivación de las salidas a Bolsa en este 2024. El mercado lleva meses cerrado, hay buenas historias preparadas para dar el paso y los inversores tienen actitud e intención de analizarlas y participar al precio adecuado. De hecho, se detecta ya cierta inquietud para conseguir que los primeros casos sean todo un éxito que sirvan de arrastre al resto.
Todo apunta a que la tendencia en el primer semestre sea que las opciones se concentren en las empresas más grandes. De los múltiples candidatos de los que se viene hablando estos meses, lo previsible es que las que cristalicen se encuentren en el rango mid y large cap. Cualquier empresa pequeña que intente entrar en este primer momento lo tendrá difícil. Los inversores miran con atención máxima la liquidez, lo que requiere operaciones con tamaño por encima de los 300 millones de euros.
Han trascendido hasta ahora muchas quinielas entre aquellas aspirantes que ya han activado el proceso, con calendario fijado y contratación de asesores acreditados. La impresión es que se está cuidando hasta el mínimo detalle, desde el convencimiento de que para dar el (primer) paso hay que hacerlo todo bien.
Establecida la previsión de que habrá ventanas de oportunidad, falta saber cuántas empresas podrán sumarse a cada una de ellas. Es muy probable que el ritmo dependa entre otras cosas del perfomance de salidas a Bolsa en Estados Unidos. Si fuesen exitosas, nadie duda de que la ola llegaría con cierto decalaje al conjunto de Europa, incluido Iberia. Conocer el balance de quienes den el paso en el primer semestre ayudará a dinamizar o ralentizar las operaciones del segundo.
Otra duda quizá importante sea conocer el apetito de los inversores americanos. En España llevan desaparecidos siete años. El cambio entre euro y dólar no era el mejor, y las oportunidades de negocio a este lado del Atlántico eran reducidas.
Hasta ahora, la demanda europea ha sido suficiente para sacar adelante los procesos, con una importante participación de los inversores locales. Está por ver si la tendencia se mantiene o si los inversores estadounidenses también empiezan a tomar posiciones. La presencia como asesores de los principales bancos americanos en las operaciones activas podría corroborar esa hipótesis.
En suma, y despejadas las incógnitas macro que han bloqueado el mercado los últimos meses, parece que la verdadera clave que marcará el ritmo será el descuento sobre la valoración ideal que cada candidato esté dispuesto a asumir. Siempre hay un botón para seguir adelante o detenerse. Veremos en los próximos meses cuántos se animan a pulsarlo y dar el paso de tocar la campana.
Mara Nantón.
Executive Director y Head of ECM de JB Capital