La IA como fuente de información para una salud personalizada y humanista

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    Healthcare
    Inteligencia Artificial
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    Salud e Industria Farmacéutica
    Tecnologías de la Información y la Comunicación
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    Global

El uso de la Inteligencia Artificial (IA) y el Big Data en medicina se han convertido en herramientas clave de diagnóstico y tratamiento de múltiples patologías, además de ser indispensables para lograr unos niveles de I+D que estén a la vanguardia de la industria farmacéutica. Así, sus múltiples aplicaciones y usos las han hecho fundamentales para lograr una medicina más personalizada y precisa, así como unos tratamientos más humanizados, buscando el bienestar del paciente.

A su vez, estas nuevas tecnologías seguirán aportando un valor incalculable para la educación médica continua y para acercar la salud al paciente.

Pero, más allá de la irrupción de la IA y el Big Data para producir maquinaria y equipos sanitarios de última generación, quiero hablar del uso que puede llegar a tener para los pacientes en un modo más directo, convirtiéndose como fuente de información veraz y personalizada que permitirá a los profesionales sanitarios tomar decisiones médicas más objetivas y más efectivas.

Y es que la gran capacidad de recopilación de datos y de información que tienen las herramientas de IA permite a los profesionales un análisis más profundo y más exhaustivo del tratamiento del paciente, facilitando así la toma de decisiones y presentándose como la solución para minimizar los riesgos y pensar siempre en el bienestar del paciente. En resumen: les ayuda a estar más conectados con el paciente.

Y, ¿cómo puede ser esto?

Por un lado, al tener más información del paciente, los profesionales sanitarios pueden hacer un seguimiento del tratamiento cada vez más personalizado y humanista, poniendo a la persona en el centro para llegar a acompañarle más allá de lo que es el diagnóstico médico. La IA puede proporcionar datos sobre la identidad, personalidad, edad, nivel educativo, código postal, entre otros aspectos de la persona y así, el profesional puede ser capaz de aportar un servicio con enfoque humanista, capaz de guiar y proporcionar información de manera más personalizada.

Por otro lado, y desde el punto de vista de las asociaciones de pacientes, organizaciones y entidades relacionadas con la salud, la IA, como fuente de información, les permite generar recursos de calidad para el paciente. Si se dispone de datos reales sobre cómo está el paciente, las entidades pueden hacer un mejor acompañamiento a la persona y ayudar a que resuelvan algunas de sus preocupaciones y de su entorno. Convertirse en un punto de acceso a la información y apoyo personalizado del paciente (y su entorno) cuando más lo necesita y en aquello que ese paciente en concreto necesita, refuerza el valor añadido y aportación en el bienestar de los pacientes.

La irrupción de la IA ha llegado a la industria sanitaria para quedarse, no hay duda. Ahora, el gran reto que tenemos como sociedad es hacer un correcto uso de estos datos, analizarlos e investigarlos adecuadamente y que nos sirvan para poder situar al paciente en el centro desde una perspectiva humanista y de funcionalidad para la mejora en la salud.