Pensar el futuro para gestionar el presente

¿Para qué pensar en el futuro, si el presente demanda toda nuestra energía y atención? Es una pregunta válida y que escuchamos con frecuencia dentro de las compañías.  Sin embargo, y aunque pueda parecer paradójico, en un contexto de impredictibilidad, los estudios de futuros contribuyen a sortear mejor el cambio y la turbulencia incremental en la que habitamos. 

Los numerosos desafíos a los que se enfrentan hoy en día las compañías, y que desde LLYC ya analizamos en el informe New Times, New Rules, adquieren otra luz cuando se observan desde este campo del conocimiento, los estudios de futuros, aún demasiado desconocido para muchos departamentos de comunicación, marketing y asuntos públicos. Por eso, en las siguientes líneas, debatimos junto a CENTRO, institución de educación superior especializada en la economía creativa, para entender algunas de las claves que esta disciplina, consolidada desde mediados del siglo pasado, ofrece para adaptarnos a entornos complejos y de creciente incertidumbre.