Lo que dice la IA de los presidenciables: reputación, narrativa y riesgos en carrera a La Moneda

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4 Sep 2025

En pleno ciclo electoral, hemos desarrollado un análisis reputacional en Chile, mediante nuestro modelo Reputation Relevance, potenciado por inteligencia artificial (IA) y modelos de lenguaje (LLMs), para observar cómo son percibidas hoy las principales figuras que aspiran a la presidencia.

A partir de menciones públicas, este análisis sintetiza la narrativa predominante y evalúa el desempeño reputacional en cinco dimensiones clave: contribución, credibilidad, imagen, integridad y transparencia.

Entre los hallazgos, la IA identifica distintos perfiles simbólicos: Jeannette Jara proyecta una narrativa coherente y bien posicionada; José Antonio Kast destaca por su liderazgo definido, pero con desafíos en torno a transparencia; Evelyn Matthei exhibe una imagen confiable con tensiones internas que podrían afectar su despliegue; y Franco Parisi aparece como un candidato disruptivo, fuerte en imagen, pero con debilidades estructurales en credibilidad e integridad. Esta mirada externa no busca predecir resultados, sino aportar una capa adicional de análisis reputacional frente a un escenario político altamente expuesto.

El objetivo no fue proyectar quién ganará, sino observar cómo se posicionan simbólicamente quienes ya están en carrera. Sin juicios ni sesgos editoriales, esta lectura permite ver con mayor claridad dónde se valida una narrativa, dónde se tensiona la reputación y en qué medida el entorno premia o castiga ciertos atributos.

¿Y por qué importa lo que ve la IA? Porque conocer lo que la IA generativa expresa sobre la intención de voto se ha convertido en fundamental. “Con 1 de cada 10 habitantes del planeta usando ChatGPT semanalmente y tasas de crecimiento mensual de doble dígito, la IA generativa se ha convertido en un altavoz de influencia decisiva”, sostiene Miguel Lucas, Global Innovation Lead en LLYC. No se trata solo de observar tendencias, sino de entender cómo se construyen y amplifican percepciones que hoy influyen en decisiones personales, políticas y sociales a gran escala.

En ese contexto, comprender lo que la IA lee de nuestras figuras públicas no es una extravagancia, es un nuevo indicador de confianza. Y, en un ecosistema político permeado por la desafección y el ruido, contar con una mirada estructurada, neutral y automatizada puede ayudar a anticipar riesgos, reforzar atributos validados y proyectar una estrategia comunicacional más alineada con las expectativas del entorno.

Este no es un estudio sobre popularidad. Es una lectura sobre posicionamiento reputacional, con foco en lo que el entorno dice y lo que los modelos interpretan, de quienes están en carrera por liderar el país.
 

JEANNETTE JARA: NARRATIVA SÓLIDA QUE BUSCA MANTENERSE EN EQUILIBRIO

 
Desde la óptica de los modelos de lenguaje utilizados en este análisis, la candidatura de Jeannette Jara refleja una narrativa con alto grado de coherencia y consistencia en su comunicación. Su estilo directo, su enfoque en políticas sociales concretas y una estrategia discursiva basada en certezas tangibles configuran un perfil que destaca en el ecosistema público evaluado.

Esta lectura no responde a simpatías ni a percepciones humanas. Se trata de una síntesis algorítmica construida sobre patrones narrativos detectados en fuentes abiertas —medios, plataformas digitales, discursos y contenido institucional— que permiten identificar cómo se posiciona simbólicamente su figura frente a la ciudadanía.

El principal desafío, sin embargo, no está en la claridad de su mensaje, sino en su capacidad para sostenerlo. Su programa “Un Chile que cumple” ha marcado un giro respecto de propuestas previas más disruptivas: deja atrás el fin de las AFP o la despenalización del aborto, y pone el acento en seguridad, salud, educación y un salario vital vinculado al crecimiento económico. Ese ajuste, según interpretan múltiples fuentes públicas, busca ampliar su alcance electoral y tender puentes con el sector privado, aunque no está exento de tensiones internas ni cuestionamientos sobre su consistencia.

Desde la mirada de los LLMs, la evolución narrativa de Jara aparece como un movimiento estratégico que podría consolidar su reputación en audiencias más amplias, siempre que logre mantener un equilibrio entre identidad política y pragmatismo electoral. En una carrera donde la coherencia simbólica se vuelve tan relevante como las propuestas mismas, sostener esa tensión será uno de los factores que definan su posición final en el ecosistema reputacional.
 

JOSÉ ANTONIO KAST: UN DISCURSO QUE TENSIONA SU REPUTACIÓN

 
La narrativa política de José Antonio Kast aparece fuertemente consolidada en el análisis de los modelos de lenguaje utilizados, especialmente en torno a ideas de orden, control y crecimiento económico. Su estilo confrontacional, el uso de conceptos como “gobierno de emergencia” y su foco en la seguridad pública le permiten proyectar una imagen clara, estructurada y reconocible en el ecosistema de conversación pública evaluado.

En esta tercera postulación presidencial, bajo el lema “La fuerza del cambio”, Kast ha endurecido su discurso contra el gobierno, apelando a una recuperación urgente de las condiciones económicas y sociales del país. Su presencia en los medios y redes se mantiene alta, en un escenario donde compite estrechamente con Jeannette Jara y enfrenta presión desde los sectores más tradicionales de la derecha, especialmente ante la vigencia de Evelyn Matthei.

Ahora bien, aunque su posicionamiento es sólido en términos de visibilidad y consistencia narrativa, el modelo Reputation Relevance identifica déficits en dimensiones como integridad y transparencia. Estas brechas configuran una reputación polarizada, en la que su liderazgo logra conexión con ciertos sectores, pero genera fricción en otros.

El estudio sugiere que, más allá de reforzar su núcleo duro, una estrategia que expanda su relato hacia aspectos más transversales podría mejorar su percepción global y reducir la tensión reputacional que los modelos detectan. En escenarios electorales altamente competitivos, donde el riesgo reputacional puede convertirse en un freno simbólico, la capacidad para ampliar su base sin diluir su identidad será clave para sostener la viabilidad política de su propuesta.
 

EVELYN MATTHEI: PERFIL COMPETITIVO BAJO PRESIÓN INTERNA

 
En el análisis reputacional realizado por modelos de lenguaje, Evelyn Matthei se proyecta como una figura con alta credibilidad y una imagen positiva, atributos coherentes con su larga trayectoria política y su estilo de liderazgo pragmático. Su capacidad de interlocución con sectores de centroderecha y su vínculo con el electorado moderado fortalecen su posicionamiento simbólico, especialmente en comparación con otras candidaturas más disruptivas.

Aunque su campaña ha enfrentado momentos de menor protagonismo mediático, e incluso, ajustes internos, como la reciente incorporación del empresario Juan Sutil a su equipo, el análisis detecta una percepción pública asociada a experiencia, gestión y conocimiento del aparato estatal. Esto le permite mantener una base reputacional sólida, incluso frente a tensiones dentro de su sector.

Sin embargo, el modelo Reputation Relevance también identifica desafíos vinculados a su narrativa política: a pesar de contar con atributos positivos, su discurso aparece menos nítido o diferenciado respecto a sus competidores directos. En particular, la cercanía ideológica con José Antonio Kast podría diluir su perfil si no logra consolidar una propuesta de valor más clara en términos programáticos y simbólicos.

Desde la perspectiva algorítmica, el principal riesgo no es la ausencia de atributos reputacionales, sino la falta de contraste. Para fortalecer su competitividad, el estudio sugiere que la candidatura de Matthei debe profundizar en un relato propio que actualice su legado político y capitalice su experiencia sin quedar atrapada entre el pragmatismo y la ambigüedad.
 

FRANCO PARISI: UN RELATO QUE CONECTA, PERO NO CONSOLIDA

 
En el análisis de los modelos de lenguaje, Franco Parisi destaca como una figura con fuerte diferenciación digital, capaz de conectar con segmentos específicos (principalmente jóvenes y electores desencantados), a través de una narrativa directa, informal y alejada del mainstream político. Esa cercanía, combinada con un uso intensivo de plataformas sociales, potencia su evaluación en la dimensión “imagen” del modelo Reputation Relevance de LLYC.

La figura de Parisi está asociada a un relato de outsider económico, con foco en temas como el poder adquisitivo, el rol del Estado y la crítica a las élites tradicionales. Esta identidad política, instalada desde elecciones anteriores, sigue generando tracción emocional en ciertos nichos de la ciudadanía, sobre todo fuera del eje ideológico convencional.

Sin embargo, los modelos detectan también brechas reputacionales claras en dimensiones clave como credibilidad, integridad y transparencia. Su historial de conflictos legales, cuestionamientos personales y participación esporádica en el debate institucional limitan su consolidación como una alternativa viable para sectores más amplios del electorado. El análisis sugiere que estas inconsistencias afectan su percepción pública, generando dudas sobre su compromiso político sostenido.

Desde esta mirada externa, el caso de Parisi representa un fenómeno interesante: una candidatura que logra captar atención y generar conexión, pero que no consigue estructurar una reputación robusta en el largo plazo. Su desafío no es generar visibilidad, sino construir confianza sobre una base reputacional más sólida y coherente si aspira a competir en condiciones más simétricas frente a liderazgos tradicionales o emergentes.
 

GABRIEL BORIC: EL SALDO REPUTACIONAL DE UN CICLO

 
Aunque no es candidato, la figura del Presidente Gabriel Boric fue incorporada al análisis con el objetivo de observar cómo cierra su mandato desde una mirada reputacional estructurada por inteligencia artificial. Esta inclusión responde a una razón práctica: su gestión sigue incidiendo en la narrativa del oficialismo y, por tanto, en la percepción general del bloque político que busca proyectarse hacia el próximo ciclo electoral.

Desde el modelo Reputation Relevance de LLYC, Boric presenta una evaluación baja en todas las dimensiones: contribución, credibilidad, imagen, integridad y transparencia. Los modelos de lenguaje identifican una narrativa pública marcada por desgaste, contradicciones discursivas y una pérdida sostenida de conexión emocional con la ciudadanía. A esto se suma una gestión percibida como poco eficaz en áreas clave, lo que afecta su posicionamiento simbólico.

El análisis sugiere que su liderazgo, en esta fase final, se asocia a una figura que genera dudas sobre su capacidad de respuesta, consistencia política y proyección futura. Esta percepción, detectada a partir del contenido público disponible, no opera en el vacío: impacta directamente en las campañas del oficialismo, donde la candidata Jeannette Jara ha optado por un relato que busca diferenciarse de la administración actual sin romper con su base de apoyo.

Más que una evaluación de gobierno, el resultado funciona como termómetro de una figura política que marcó el inicio del ciclo que ahora concluye. Y en ese sentido, lo que expresan los modelos de lenguaje no es un veredicto, sino un reflejo del clima simbólico que deja su administración.
 

UNA NUEVA MIRADA SOBRE LIDERAZGO Y PERCEPCIÓN

 
Este análisis no busca anticipar los resultados de una elección, ni definir ganadores o perdedores. Su valor radica en ofrecer una lectura estructurada, neutral y despolitizada sobre cómo son percibidas hoy las figuras que aspiran a conducir el país, a partir de nuestro modelo reputacional robusto (Reputation Relevance) y el uso de modelos de lenguaje de gran tamaño (LLMs).

La inteligencia artificial, en este caso, funciona como un espejo algorítmico: detecta patrones, clasifica menciones y construye una narrativa dominante en torno a cada liderazgo, sin interferencias humanas. Lejos de reemplazar el análisis político tradicional, esta mirada se complementa con una capa de observación adicional, basada en el comportamiento del ecosistema informativo y digital.

En un entorno electoral altamente expuesto, donde las emociones, la polarización y la narrativa pesan más que nunca, comprender cómo son leídos los candidatos desde la IA no es solo una curiosidad técnica: es una herramienta para anticipar riesgos reputacionales, reforzar atributos y afinar el posicionamiento simbólico de cada figura.

Este tipo de aproximación permite no solo interpretar el presente, sino también proyectar escenarios: ¿qué liderazgos han logrado construir una narrativa coherente y creíble? ¿Cuáles enfrentan brechas críticas en dimensiones como integridad o transparencia? ¿Dónde están los riesgos de desconexión emocional? ¿Qué figuras generan confianza desde lo simbólico?

En definitiva, el futuro político no se define solo en las urnas, sino también en el terreno más intangible de la percepción. Y, como muestran los resultados, esa percepción, leída desde los modelos, ya está en movimiento.

 

Miguel Lucas
Director Senior Global de Innovación.

Fernando Aspillaga
Gerente de Comunicación Corporativa y Financiera.