El uso de la tecnología en la atención primaria a la salud

  • Temáticas
    Healthcare
  • Sector
    Salud e Industria Farmacéutica
  • Países
    Chile
    Global
28 Ago 2024

Las crecientes necesidades de salud en poblaciones más envejecidas y demandantes tienen en muy alto estrés a todos los gobiernos y a los más diversos stakeholders de salud; los modelos asistenciales no tienen capacidad operativa, ni menos financiera para atender a todos.

Sin embargo, si consideramos que el objetivo de todo sistema sanitario debe ser conservar la salud de las personas y disminuir o retrasar el daño una vez constituido, podemos decir que hay mucho por hacer para dar sostenibilidad y credibilidad, social y política, a estos sistemas. Existe suficiente evidencia de que las personas más preocupadas y bien acompañadas y orientadas pueden disminuir significativamente su nivel de demanda aumentando sus años de vida saludable.

Esto implica un compromiso de todos los actores involucrados y, muy en particular, de las mismas personas. Son muchos los factores y actores que influyen y colaboran en este propósito. Los llamados determinantes sociales de la salud son vitales y anteriores a la acción que pueden, y deben realizar los equipos de salud: buen acceso a vivienda, actividad física, alimentación, agua potable, electricidad y, sobre todo, a educación, entre otros, son, por lejos, mucho más importantes para que las personas sean agentes protectores de su propia salud y de la de sus cercanos.

Hoy existe consenso fundamentado en la importancia de la Atención Primaria en Salud con enfoque familiar y comunitario; actuar cerca de las personas es esencial para influir en la adhesión a conductas saludables y para, oportunamente, evitar y contener daño. Chile, país de compleja geografía, tiene una larga historia de éxitos en el desarrollo de la APS.

Sin embargo, es necesario globalmente, no solo en Chile, que esta estrategia sea fortalecida y perfeccionada en lo operativo incorporando nuevas tecnologías, ya disponibles y en desarrollo, que permitirían identificar y atender con mejor integralidad y trazabilidad a pacientes de mayor riesgo, en particular a aquellos aquejados de enfermedades crónicas no transmisibles como la hipertensión arterial, la diabetes o la depresión entre muchas otras. Está demostrado que un porcentaje significativo de adultos mayores tienen 4 o más de estas enfermedades que bien controladas podrían disminuir mucho daño y demanda sanitaria.

Entre estas tecnologías podemos señalar aquellas que permiten identificar y georreferenciar a estas poblaciones, lo que permitirá asignar con mayor precisión recursos humanos, físicos y financieros, mejorando la costo efectividad de estos cuidados. Fichas electrónicas sobre las que se pueda usar inteligencia artificial permitirían que estas personas sean atendidas de manera más integral y precisa por equipos integrados y colaborativos de profesionales y técnicos bien entrenados, que usen correctos KPIs -indicadores claves de rendimiento- que permitan evaluar resultados, promoviendo modelos de pago más eficientes, oportunos y exactos. Usar sensores biométricos a distancia y otras TICs para seguimiento diario, o educación/entrenamiento, de estos pacientes de alto riesgo, también puede ser de alta rentabilidad. Toda esta data debe estar disponible para ser compartida, con oportunidad y seguridad, en redes asistenciales integradas evitando duplicación de exámenes de laboratorios e imágenes y otros procedimientos de alto costo y/o riesgo. Poner foco en la atención de las mujeres, que tienen mayor compromiso y dedicación con su propia salud, como con la de sus familias, es muy recomendado para lograr buenos y durables resultados sanitarios.

Al estar inserta en el territorio donde viven las personas, permite a la APS interactuar de mejor forma con el intersector siendo especialmente relevantes la educación, la calidad de la vivienda y el barrio y la seguridad pública; nuevamente el análisis de datos e información se torna relevante para coordinar a estos distintos actores en busca de mejores condiciones de vida y salud para las personas y sus familias.

En definitiva, hay muchísimas oportunidades para que autoridades políticas y sociales y entidades aseguradoras y prestadoras, públicas y privadas, así como empresas de diversos rubros puedan hacer aportes a esta estrategia de cuidados. Esto implica nuevos incentivos y un profundo cambio cultural para que, entre todos, colaborativa y proactivamente, podamos revertir la actual tendencia que es insostenible y está generando profunda inseguridad e inequidad en porcentajes relevantes de nuestras sociedades. Este cambio requiere mucha, y estratégica, comunicación que acelere esta inevitable y urgente transformación evitando conflictos y crisis que solo retrasan lo impostergable. Las personas no pueden esperar.

 

Dr. Pedro García
Consejero Asesor de LLYC Chile y Ex Ministro de Salud de Chile.