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Retos inmensos y motivos para el optimismo
En los últimos años, la conversación sobre la salud se ha ampliado. Ya no identificamos “encontrarse bien” solo con el bienestar físico, sino también con lo mental y lo emocional. Y, sobre todo después del estallido de la pandemia de covid-19, ha incluido una fuerte preocupación por la sostenibilidad de los servicios sanitarios. La pandemia generó largas listas de espera, retrasos en la vacunación por otras dolencias, problemas presupuestarios en los Gobiernos e interrogantes acerca del papel de los cuidadores y el funcionamiento de las instituciones sanitarias. A ello se sumaron algunas tendencias que ya eran evidentes incluso antes, como el envejecimiento de la población, el crecimiento de la desigualdad económica y la carga de algunas enfermedades no transmisibles. Todo ello generó un fenómeno que se ha vuelto ineludible al hablar de healthcare: los servicios sanitarios están sometidos a enormes presiones. Y Gobiernos, instituciones, grupos de pacientes, la industria médica y los profesionales en general deberán encontrar maneras imaginativas para reconducir la situación y encontrar la sostenibilidad.
Nuestras previsiones para 2024 están fuertemente marcadas por esta realidad. Pero son múltiples y, en muchos casos, esperanzadoras. Los ciudadanos cada vez son más conscientes de la necesidad de concienciarse sobre el autocuidado y los hábitos. Poco a poco, la sociedad va percatándose de las necesidades que tienen quienes cuidan a los enfermos, que en muchos casos son familiares no remunerados que, a causa del estrés que genera su función, son susceptibles también de enfermar. La investigación clínica está asumiendo que debe reflejar el pluralismo de la sociedad e incluir en sus pruebas a mujeres y minorías para, luego, poder atenderlas mejor. Del mismo modo, en 2024 el sector sanitario aumentará su foco en el concepto “One Health” —una concepción que conecta la salud de los humanos con de los animales y el medio ambiente— y en las reglas ESG (Medio Ambiente, Sostenibilidad y Gobernanza), que vinculan el rendimiento de las empresas con su responsabilidad hacia todos los stakeholders. Entre nuestras previsiones está que, a lo largo de este 2024, siga el proceso de desestigmatización de las enfermedades mentales.