Reputación y liderazgo: lecciones en los JJ.OO. de París 2024

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21 Ago 2024

2024 será recordado como un año crucial para Francia tras consolidarse como un país líder del deporte mundial en términos de gestión, innovación y diplomacia. Los Juegos Olímpicos de París no fueron sólo un evento deportivo, sino una poderosa herramienta de comunicación y de soft power destinada a proyectar la imagen de un país moderno, inclusivo y resiliente en el escenario internacional.

 

El poder de los Juegos Olímpicos desde sus inicios

Más allá de su aspecto puramente deportivo, desde sus orígenes en la antigua Grecia los JJ.OO. constituían también un evento social y religioso. Tal era su importancia política que durante su desarrollo se llevaba a cabo la llamada “Ekecheiria”, una tregua temporal de los conflictos bélicos y políticos para que los atletas y los espectadores pudieran desplazarse de manera pacífica. Dicha tregua olímpica sería rescatada de nuevo en nuestra era, cuando en 1992 el Comité Olímpico Internacional decidió invitar a todos los países a ponerla en práctica ante el desarrollo de las guerras yugoslavas, una exhortación reafirmada posteriormente por la Asamblea General de las Naciones Unidas en la resolución 48/11 del 25 de octubre de 1993.

Así, las olimpiadas abrían la oportunidad política de generar un sentimiento de unión, convivencia e identidad común. En la actualidad los Juegos Olímpicos siguen transmitiendo la misma filosofía: prueba de ello es la inclusión en la Agenda 2030 de la ONU, adoptada en 2015 por diversas naciones y líderes mundiales, del deporte como un actor fundamental y un propulsor del desarrollo sostenible para cualquier país. Los Juegos de París 2024 no han sido una excepción.

 

París: una vitrina global de innovación y sostenibilidad

Sin duda, uno de los mayores logros de Francia fue su capacidad para mostrar al mundo una nueva faceta de París. La ciudad se transformó en un ejemplo de sostenibilidad y tecnología, con infraestructuras deportivas diseñadas bajo estrictos estándares ambientales. Por ejemplo, el Estadio de Francia redujo su consumo energético en un 30% en comparación con los Juegos Olímpicos de Londres 2012, lo que lo convierte en uno de los estadios más eficientes de la historia. Además, el 80% del transporte público utilizado durante los Juegos fue impulsado por energías limpias, superando el 60% alcanzado en Tokio 2020. De esta forma, Francia reafirmó su posición de vanguardia en la lucha contra el cambio climático.

Su apuesta por la sostenibilidad no solo posicionó al país como un líder en dicho ámbito, sino que estableció un nuevo estándar para futuros eventos deportivos. Al priorizar el medio ambiente sin comprometer el espectáculo, París 2024 demostró que es posible organizar un evento de esta magnitud de manera responsable y eficiente.

 

Inclusión y diversidad, factores que fortalecieron la reputación de Francia

La organización de los Juegos Olímpicos también destacó por su enfoque en la inclusión y la diversidad. París 2024 fue la primera edición olímpica en la historia en alcanzar una paridad de género casi total, con un 49% de participación femenina, superando el 48,8% de Tokio 2020. Además, la accesibilidad fue un tema prioritario, con el 100% de las instalaciones adaptadas para personas con discapacidad, un avance significativo frente al 85% de Río 2016.

La ceremonia de inauguración, que rindió homenaje a la diversidad cultural y étnica del país, buscó enviar un mensaje claro al mundo: Francia es un país que celebra su multiculturalismo y que destaca sus valores como un legado más allá de su pasado histórico. En un momento en el que muchos países enfrentan tensiones sociales y políticas, el país quiso reafirmar que la diversidad puede ser fuente de fortaleza y unidad, reforzando así su imagen de una nación abierta y progresista.

 

Liderazgo en la gestión de grandes eventos

Más allá de la imagen proyectada, los Juegos Olímpicos de París 2024 fueron una demostración de la capacidad de Francia para gestionar con excelencia un evento de semejante magnitud. La logística, la seguridad y la organización del evento fueron ejemplares a pesar de sus desafíos inherentes, y la coordinación entre los diferentes niveles de gobierno, el sector privado y las organizaciones internacionales subrayó la competencia de Francia en la gestión de proyectos complejos.

El éxito de la organización benefició a la reputación de Francia como anfitriona de grandes eventos y tuvo un impacto positivo en su economía. La afluencia de turistas, las inversiones en infraestructura y el impulso al comercio local generaron un efecto multiplicador que beneficiará al país en los próximos años: se estima que los Juegos Olímpicos de París 2024 generaron ingresos superiores en un 15% en comparación con los de Londres 2012, así como un aumento del 10% en la afluencia de turistas respecto a Río 2016. Además, su legado en términos de infraestructura y prestigio internacional seguirá siendo un activo valioso para Francia a largo plazo.

 

Diplomacia deportiva: un triunfo del soft power francés

El impacto de las olimpiadas en París va más allá de la organización tangible. El evento fue también una herramienta de diplomacia deportiva que permitió a Francia fortalecer sus relaciones internacionales y ejercer su influencia de manera sutil y efectiva. Al acoger a delegaciones de todo el mundo y facilitar el intercambio cultural, Francia reforzó su posición como un actor clave en la escena global.

La presencia de líderes internacionales y actores de relevancia tanto del ecosistema deportivo como del cultural y del entretenimiento en la inauguración y la clausura de los Juegos, así como la participación activa de Francia en la agenda olímpica, fueron claras demostraciones de su capacidad para movilizar el apoyo global en torno a causas comunes. Este ejercicio de soft power, de la mano de una poderosa campaña mediática y digital, mejoró la percepción de Francia en el extranjero y, en conclusión, contribuyó a consolidar su liderazgo en temas globales como la sostenibilidad, diversidad, inclusión, igualdad de género y la paz mundial.