-
TemáticasCreatividad
-
SectorSalud e Industria Farmacéutica
-
PaísesEspaña
Con motivo del Día Mundial del Alzheimer, hemos colaborado con la Fundación Pasqual Maragall en una campaña que pone en valor a las personas cuidadoras, un colectivo esencial cuya labor sigue siendo, en gran parte, invisible en el debate público y con un insuficiente apoyo institucional.
El punto de partida creativo fue claro: visibilizar la sobrecarga física, emocional y social que asumen diariamente y reivindicar sus derechos. Para ello, nuestro equipo diseñó una pieza audiovisual protagonizada por testimonios reales que permitiera transmitir de manera auténtica y cercana la experiencia de quienes cuidan a familiares con Alzheimer.
Uno de los testimonios centrales fue el de Mónica Solé, hija y cuidadora, quien compartió con total honestidad su día a día: “Cuidar de una persona con demencia es una experiencia en la que uno se siente muy solo. Debería existir mucho más apoyo a nivel social. En el transcurso de un año, con una persona con Alzheimer, ocurren muchísimas cosas, y por eso es fundamental contar con un acompañamiento mucho más cercano y constante.”
El proceso creativo se apoyó en datos del estudio “Cuidar Mejor”, que revelan que el 67% de los cuidadores profesionales no cuenta con formación específica en Alzheimer, mientras que casi el 90% desearía recibirla, y que las familias asumen hasta el 80% de los cuidados, con una media de 70 horas semanales. Estos insights nos permitieron combinar storytelling con rigor informativo, aportando una visión completa y honesta de la realidad de los cuidadores en España.
La campaña no solo buscó sensibilizar, sino también generar un impacto tangible: se presentó en rueda de prensa con amplia cobertura mediática, desde televisión nacional y autonómica hasta radio y prensa escrita, garantizando que el mensaje llegara a un público amplio y diverso.
Con creatividad, sensibilidad y estrategia, logramos dar visibilidad a un colectivo que muchas veces queda en segundo plano, contribuyendo a que la comunicación tenga un propósito social claro: reconocer a las personas cuidadoras, visibilizar sus necesidades y subrayar la importancia de la investigación como única vía hacia un futuro sin Alzheimer.