“Para qué sirve hoy la política”. Una democracia para escépticos“Para qué sirve hoy la política”. Una democracia para escépticos

“Para qué sirve hoy la política”. Una democracia para escépticos“Para qué sirve hoy la política”. Una democracia para escépticos

Con un verano como el que hemos tenido, bueno es volver a los orígenes. Si la última recomendación de lectura fue sobre el libro de un buen amigo como lo es Luis Arroyo (“El poder político es escena”), la primera lectura tras el verano no podría ser menos, y se trata de alguien a quien no sólo considero un amigo, un buen amigo, sino posiblemente mi mejor maestro, Jordi Sevilla.

Mientras Luis Arroyo hace una certera descripción de cómo la política, y sus múltiples formas a lo largo de la historia, responde a la necesidad que tenemos los seres humanos de utilizar símbolos que construyan relatos que den sentido a nuestras vidas; Jordi Sevilla, economista, Ex Ministro de Administraciones Públicas, autor de varios libros comprometidos y alguna novela no menos interesante, hace un importante esfuerzo por recordarnos cuál es el sentido que, colectivamente, nos hemos dado quienes vivimos en democracias, para organizar nuestra convivencia.

Con España, la política y la economía hecha unos zorros, es bueno dedicar un rato a revisar “para qué sirve hoy la política, una democracia para escépticos”. De fácil lectura, sencilla y directa, Jordi Sevilla monta dos conversaciones paralelas, la primera con Esther, su imaginaria becaria desencantada pero activa, formada y con trabajo, eso sí precario; y la segunda con su alter ego, Juan, un joven sin cualificación ni intención de tenerla, en búsqueda constante de empleo y que no espera nada de la sociedad.

Revisar con estos mimbres los fundamentos de nuestra convivencia, anclarlos en la ilustración y las ideas de la Revolución Francesa, y llevarlo hasta las contradicciones de nuestros días, es un ejercicio que vale la pena seguir y disfrutar. “En tiempos de tribulaciones vale la pena volver a los orígenes…” esto es lo que hace Jordi y, además, con una gran capacidad para compartirlo con quienes más dificultades tienen para encontrar el verdadero sentido. Apasionante ejercicio que no debe perderse.

Recomendación de Joan Navarro