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La Organización Mundial de la Salud (OMS) define el concepto One Health como “un enfoque integral y unificador cuyo objetivo es equilibrar y optimizar la salud de las personas, los animales y los ecosistemas”. Así, esta noción nace bajo el pretexto de que, si una de estas áreas se ve alterada, tiene repercusión en el resto de ellas.
Para clarificarlo, pongamos un sencillo ejemplo: a raíz del cambio climático y la desaparición de zonas boscosas, especies como las garrapatas se ven obligadas a trasladarse a zonas urbanas. Allí, pueden infectar a animales como nuestras mascotas, quienes, a través de la transmisión de las garrapatas, pueden provocar enfermedades en humanos, tales como la enfermedad de Lyme, una infección bacteriana que afecta cada año a más de 70.000 personas en Europa.
La reciente pandemia del COVID-19 puso de manifiesto la necesidad de controlar esta interrelación entre estas tres áreas. Según la OMS, se estima que un 75% de las enfermedades infecciosas en humanos tienen un origen animal y que un 60% de estas son zoonóticas, es decir, se transmiten de animales a humanos. A menudo, no pensamos en el origen de las enfermedades, que pueden provenir de animales, alimentos, degradación de los ecosistemas o la calidad del aire.
Para mejorar esta situación y, sobre todo, actuar bajo la premisa de prevención, desde los organismos sanitarios y la industria healthcare, es esencial hacer frente a una serie de retos. Hablamos de aspectos clave para afrontar futuras pandemias con la mayor rapidez y eficacia posible, tanto a nivel nacional como internacional, así como prevenir posibles emergencias sanitarias.
Los tres grandes retos en el abordaje One Health
1. Resistencia antimicrobiana
Uno de los grandes retos sanitarios actuales es la resistencia a los medicamentos de microbios, virus y hongos, categorizada por la OMS como una de las diez principales amenazas de salud pública. Y, en este aspecto, la contaminación ambiental juega un papel crucial. Los vertidos de medicamentos, plásticos y otras sustancias tóxicas en ríos, océanos y mares, favorecen la aparición de microorganismos resistentes a los antibióticos, provocando que cada vez sea más difícil combatir a dichas bacterias. Así, es fundamental establecer estrategias que garanticen el cuidado del medio ambiente y que, en definitiva, apuesten por la prevención del daño en nuestro ecosistema, evitando así el desarrollo de resistencias antimicrobianas.
2. La implementación de nuevas tecnologías
La aparición de nuevas tecnologías, como la Inteligencia Artificial (IA), ofrece un mundo de posibilidades para mejorar estrategias y procesos en el abordaje One Health. La IA se ha convertido en una herramienta fundamental para la industria que nos permite analizar grandes cantidades de datos, tanto medioambientales como relacionados con la salud humana y animal, permitiendo cruzar dichas analíticas y encontrar patrones e interrelaciones entre todos estos datos.
Esto nos permite obtener valiosos insights que, posteriormente, se utilizan para desarrollar modelos que mejoran la salud de una forma holística, aplicando las nuevas tecnologías a aspectos como, por ejemplo, el tratamiento de aguas residuales en el sector agroalimentario, la reducción de emisiones de amoniaco en granjas o la gestión de purines. Sin embargo, la implantación de estas nuevas tecnologías en las administraciones implica unos costes elevados, hecho que supone una barrera significativa.
3. La cooperación público-privada
La cooperación entre los agentes del sistema sanitario es fundamental para garantizar el enfoque One Health. En este punto, es necesaria la coordinación entre administraciones, empresas, centros de investigación y la sociedad para conseguir implementar políticas integradas que apuesten por un enfoque holístico de la salud, además de promover investigaciones que arrojen avances científicos que aporten nuevas soluciones para hacer frente a las grandes amenazas de la salud global.
Así, la creación de la futura Agencia Estatal de Salud Pública (AESAP) desde el Ministerio de Sanidad permitirá avanzar en el control, la identificación y la evaluación del estado de salud de la población, así como reconocer los problemas, amenazas o riesgos en materia de salud pública, prestando especial atención a las desigualdades en salud. El enfoque de ‘One Health’ será central en la AESAP, integrando la salud humana, animal y ambiental para abordar de manera más efectiva las cuestiones sanitarias complejas, fomentando la cooperación entre diferentes sectores y disciplinas.
La comunicación como must para un abordaje 360 del One Health
Para poder hacer frente a estos 3 grandes retos y conseguir avanzar en un abordaje integral y holístico de la salud, la comunicación se establece como una poderosa herramienta que, implementada de forma efectiva, puede ayudar a comprender la importancia de la interrelación entre la salud humana, animal y medioambiental.
En este sentido, la divulgación y el traspaso de conocimiento entre todos los actores puede ayudar a acercar a los profesionales de la salud, los científicos, los legisladores y el público en general la importancia de la interrelación entre la salud humana, animal y medioambiental. Por ello, las campañas de concienciación y educación deben ser implementadas para informar sobre cómo la salud de los ecosistemas, los animales y los humanos están intrínsecamente vinculadas.