Del gesto a la gestión

Del gesto a la gestión

Una empresa que comunica la sostenibilidad de manera eficaz tendrá un acceso más amplio a su potencial universo de inversores, ya que estos cada vez están más influenciados por los requisitos ESG. De hecho, las empresas están yendo más allá de la información estándar y tienden a expresar proactivamente cómo la sostenibilidad contribuye activamente al crecimiento de los ingresos, a la mejora de la gestión del riesgo y al rendimiento del capital empleado. En otras palabras, tienden a pasar del gesto a la gestión sostenible.

Al actuar así, una empresa puede convertir un posicionamiento sostenible diferencial en su mejor argumento de inversión, lo que, en última instancia, redundará en un mejor precio de sus acciones. Por ejemplo, según Factset, a 22 de diciembre de 2021 la cotización de las acciones de las empresas incluidas en el índice MSCI World Socially Responsible Investing (SRI) había superado en un 22% al índice MSCI World en los tres años anteriores.

Sea como sea, a lo largo de nuestras interacciones con inversores de renta variable, en Finsbury Glover Hering hemos podido constatar que, en materia de sostenibilidad, les interesa especialmente aquello que pueda beneficiar directamente al valor; en especial el crecimiento corporativo, la gestión del riesgo y la rentabilidad del capital. Enumeramos y detallamos a continuación esos tres apartados:

1. Crecimiento. La sostenibilidad puede afectar su evolución al menos en dos grandes cuestiones de fondo:

– La mejora del crecimiento de los ingresos. Por ejemplo, si ese valor sostenible refuerza la confianza y la fidelidad de los clientes, y ello a su vez mejora la cartera de productos, contará con mayor poder de fijación de precios y dotará de mayor solidez su propia marca.

– La reducción de costes. Si la cadena de suministro resulta más sólida y sostenible, puede acrecentar la eficiencia de los recursos utilizados, y con ello la capacidad de mantener o aumentar los márgenes mediante una estrategia competitiva de precios.

Muchas evidencias corroboran esa percepción. En Five ways that ESG creates value, estudio clásico de McKinsey publicado en noviembre de 2019, la consultora cita los resultados de una encuesta según la cual, ante rendimientos similares, más del 70% de los clientes estarían dispuestos a pagar un 5% más por un producto verde que por su alternativa no ecológica. Además, el 44% de las empresas identificaron oportunidades de negocio y crecimiento en caso de impulsar programas de sostenibilidad.

2. Gestión de riesgos. La sostenibilidad incide sobre los posibles riesgos también desde una doble perspectiva:

– Intervenciones normativas y legales. Por ejemplo, a través de una mayor capacidad de influencia para mejorar el entorno normativo y evitar multas, sanciones o acciones de ejecución.

– Anticipar futuros acontecimientos (future-proofing). Por ejemplo, existe cierta ventaja implícita al invertir más que sus competidores en sostenibilidad, o al hacerlo de manera disruptiva o diferencial.

Según el estudio de McKinsey ya citado, el desafío sostenible aporta valor distintivo. Su impacto potencial, medido en porcentaje de EBITDA, se calcula en un 70% sobre los factores de regulación/reputación, en un 60% sobre al aumento de los costes operativos, y en un 25% sobre los impactos disruptivos en la cadena de suministro.

3. Rentabilidad del capital. La sostenibilidad puede condicionar ese rendimiento tanto por la parte de la inversión como por la optimización de los activos:

– La inversión y la optimización de los activos. Por ejemplo, al aumentar las oportunidades de acceso al capital a través de bonos verdes o de transición.

– La mejora de la productividad. El impulso de la motivación de los empleados, el aumento de la innovación o la captación de talento son algunos de los posibles ejemplos donde lo sostenible ayuda a acrecentar esos valores.

En su artículo ESG and the cost of Capital, de 5 de febrero de 2020, Ashish Lodh, vicepresidente de MSCI Research, defendía que los vínculos entre los resultados ESG y el rendimiento del capital son cada vez más evidentes. En el índice MSCI World, el coste medio del capital del quintil con mayor puntuación en ESG fue del 6,16%, frente al 6,55% del quintil con menor puntuación en ESG. El diferencial fue incluso mayor en el MSCI EM.

Por todo lo anterior, desde Finsbury Glover Hering aconsejamos a los clientes buscar una mejor articulación de su estrategia de sostenibilidad de cara al mercado de valores. Abordar estas áreas clave resulta fundamental. Este enfoque se ve respaldado por los datos. Según un estudio global sobre ESG elaborado por Capital Group en junio de 2021, los inversores diseccionan cada vez más la sostenibilidad en su análisis sobre las empresas. El mismo estudio determina que el 87% de los inversores invierten en renta variable para vincularse a factores ESG positivos, mientras el 47% de los inversores europeos afirma que la integración de la inversión ESG es el activo de sostenibilidad más desarrollado dentro de su organización.

Caroline Learmonth Partner en FGH

Caroline Learmonth  Partner en FGH
Caroline Learmonth  Partner en FGH