Desde hace décadas, la comunidad científica y sanitaria ha destacado la importancia de abordar la salud humana, animal y ambiental de forma conjunta, reconociendo que todas ellas están estrechamente relacionadas. Sin embargo, tras la pandemia de COVID-19, la necesidad de un enfoque «One Health» se ha vuelto aún más evidente. El virus SARS-CoV-2, que causa la enfermedad COVID-19, es un ejemplo más de los patógenos zoonóticos que pueden saltar de los animales a los humanos, lo que subraya la necesidad de una estrecha colaboración entre los sectores de la salud humana y animal para prevenir y controlar las enfermedades infecciosas.
Además, muchas enfermedades humanas, como la influenza, el Ébola y la fiebre del Nilo Occidental, también afectan a los animales. La prevención y el tratamiento de estas enfermedades en los animales pueden ayudar a prevenir su propagación a los humanos. Así pues, las enfermedades transmitidas por vectores, como el mosquito que transmite la malaria, el dengue y el Zika, también son una preocupación importante para la salud humana. Estas enfermedades pueden ser transmitidas por animales, como los murciélagos que transmiten el virus del Nilo Occidental y los monos que transmiten el virus de la fiebre amarilla. La prevención de la propagación de estas enfermedades también depende de una perspectiva One Health, que aborda tanto la salud de los animales como la del medio ambiente.
La salud de los animales que consumimos también es un factor importante en la perspectiva One Health. Las enfermedades en los animales de producción, como la gripe aviar, pueden propagarse a los humanos a través del consumo de carne contaminada. Es por eso que es importante que los animales de producción sean criados en condiciones sanitarias adecuadas y sean tratados con medicamentos de manera responsable y regulada.
Por su lado, los animales de compañía también juegan un papel importante en la perspectiva One Health. La salud de los perros y los gatos puede tener un impacto directo en la salud de sus dueños. Por ejemplo, los perros pueden transmitir la enfermedad de Lyme a los humanos a través de las garrapatas ocasionando un sarpullido y síntomas similares a los de la gripe; y los gatos pueden transmitir la toxoplasmosis, enfermedad producida por la infección con un parásito común que se encuentra en las heces de los gatos y el agua contaminada y puede causar complicaciones graves a las mujeres embarazadas y las personas con sistema inmunológico débil.
El rol de la OMS
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha sido un defensor importante del enfoque One Health y ha establecido proyectos para abordar las enfermedades zoonóticas y promover la colaboración entre los sectores de la salud humana, animal y ambiental. Según la Organización, el 75% de los patógenos emergentes son de naturaleza zoonótica y por ello colabora con organizaciones internacionales e instituciones nacionales encargadas de la sanidad animal para mejorar la detección rápida de patógenos emergentes y garantizar la coordinación de las medidas de control rápido.
Así nació en 2019, la guía «Taking a Multisectoral, One Health Approach”: una guía elaborada conjuntamente por las organizaciones tripartitas (FAO, OMS y WOAH) para abordar las enfermedades zoonóticas en los países; por ejemplo, la inocuidad de los alimentos y la resistencia a los antimicrobianos (RAM). Las directrices ofrecen principios, mejores prácticas y opciones para ayudar a los países a lograr una colaboración sostenible y funcional en la interfaz hombre-animal-medio ambiente. También se incluyen ejemplos y lecciones aprendidas de las experiencias de los países.
El caso de EE.UU
Una propuesta que ha llegado a Estados Unidos, que ha dado un paso importante en la dirección del enfoque One Health al aprobar el One Health Framework. Esta legislación fue apoyada por varias organizaciones de la sociedad civil, incluida la Asociación Médica Veterinaria Estadounidense. El marco establece un plazo de un año para que las agencias federales desarrollen y presenten un marco nacional que aborde de manera colaborativa las enfermedades zoonóticas para avanzar en la preparación de la salud pública. En una ciudad donde hay pocos temas que tengan apoyo bipartidista, es un logro importante que Senadores y Congresistas del partido Republicano y Demócrata hayan apoyado esta legislación.
Los entes encargados que recibirán fondos públicos para implementar esta política son el Departamento de Salud, Departamento de Agricultura y el Departamento de Interior. Dichos entes federales deben elaborar planes para prevenir, detectar, controlar y responder a las enfermedades zoonóticas. Aunque es un avance esta incorporación aún existen muchas dudas sobre la implementación de estas políticas en un país que requiere la coordinación de múltiples entes a nivel federal, estatal y local. Durante la pandemia Covid-19 vimos en los Estados Unidos la disparidad de respuesta entre varios estados por la dificultad de coordinación entre entes federales y locales. La mayoría de las agencias operan en silos, con poco intercambio de información y recursos, sin contar que muchas veces la ley no deja claro la responsabilidad máxima sobre la implementación de ciertas políticas.
Adicionalmente otro de los retos que existen para la implementación de la política One Health es la necesidad de trabajar entre disciplinas de la ciencia y la propia medicina. En muchos casos la salud animal se ve como un tema secundario y eso es precisamente lo que busca subsanar esta política. Para el éxito en la implementación se tendrá que lograr una coordinación en recursos y toma de decisiones, pero también con el sector privado.
Las compañías que conforman la industria de agricultura y producción de alimentos deben coordinar de manera muy cercana con los entes públicos para poder cumplir con el aumento de demanda que existe cada año. La creciente demanda impone una presión de crecimiento en la producción de todo tipo de alimentos que a la vez genera riesgo en la población. En este sentido, el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) en los Estados Unidos, ya hace un monitoreo constante sobre las enfermedades zoonóticas que se transmiten a los seres humanos, siendo la más común la salmonella. Pero por supuesto, esta no es la única existente y a medida que las poblaciones humanas crecen y se extienden a nuevas zonas geográficas, otras enfermedades pueden propagarse rápidamente a través de las fronteras y por todo el mundo.
Aunque por ahora esta iniciativa marca un hito importante en la forma en que se crea política de salud a nivel nacional y puede ser clave para prevenir futuras epidemias zoonóticas en Estados Unidos y en todo el mundo, todavía queda mucho camino por recorrer e iniciativas que implementar para este 2023. Es más importante que nunca que los gobiernos adopten un enfoque unificador y colaborativo para abordar este tipo de enfermedades y proteger la salud de todas las especies en nuestro planeta.
La rapidez en la implementación y el abordaje para trabajar de forma integral y colaborativa entre entidades, empresas y gobiernos, es lo que determinará el éxito de este concepto que demuestra la importancia de hacer frente a amenazas sanitarias complejas a través de un enfoque multisectorial dadas las importantes repercusiones que pueden causar estas enfermedades en la salud, los medios de subsistencia y la economía.
Francisco Márquez Senior Advisor LLYC USA