«La Hoguera del Capital»

Un libro excesivo, exuberante. “Nadie o nada hallará un lugar destacado en la post crisis sin demostrar honradez” afirmar, argumentar, demostrar una aseveración de estas características, en un momento en que todo nuestro sistema económico parece venirse abajo entre incompetentes y avariciosos, solo está a la altura de uno de los grandes pensadores y divulgadores del momento.

El sociólogo Vicente Verdú, con estilo que roza lo poético para describir lo más mundano, desarrolla, en «La Hoguera del Capital”, muchas de sus apuestas de trabajos anteriores. Una obra actualizada y reescrita para interpretar y engarzar la Gran Crisis, como un síntoma, un simple y dramático síntoma, de una larga enfermedad que se inició con los ataques a la autoridad paterna que marca el final de la era industrial y el desarrollo de una sociedad postindustrial, postdemocrática y postfamiliar.

Su visión de la crisis y la responsabilidad de la democracia representativa (y no de mercado, como los medios repiten una y otra vez, y que encuentra en la Gran Crisis agotamiento como modelo de representación social) es una de las apuestas más interesantes, frescas y radicalmente vigorosas de la obra.

Su repaso por el amor, la familia y Dios, plenamente integrados “en la patria del mercado, del intercambio” y su visión de cómo el consumo es el generador (y a su vez este es consecuencia) de los valores dominantes de nuestra sociedad, te introducen en un mundo de ricas provocaciones, de las que solo puedes salir enfrentándote a tus propias convicciones.

En mi primera recomendación de lectura, aposté por “aprendiendo a perder” de mi querido Santiago Álvarez del Mon, un libro que hace una llamada hacia nuestro presente. Vicente Verdú indaga en las fuerzas que vienen de nuestro pasado y crean los paisajes de nuestra sociedad, para luego proyectar esas fuerzas hacia un futuro donde encontramos “abismo y utopía, a la vuelta de la esquina”. Muy recomendable para entender las contradicciones de nuestro tiempo. Un libro para amantes de la buena sociología.

Recomendación de Joan Navarro