Las reestructuraciones de las empresas tecnológicas: claves para preservar la reputación.Las reestructuraciones de las empresas tecnológicas: claves para preservar la reputación.

Las reestructuraciones de las empresas tecnológicas: claves para preservar la reputación.Las reestructuraciones de las empresas tecnológicas: claves para preservar la reputación.

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Las grandes compañías tecnológicas, las que tienen su sede en Silicon Valley, pero también las tecnológicas más cercanas, como las startups del ecosistema de Barcelona y Madrid, llevan años siendo empresas aspiracionales desde el punto de vista de la atracción del talento. Los jóvenes prefieren trabajar en startups o scale-ups tecnológicas que, además de ser proyectos con un gran potencial de crecimiento, ofrecen condiciones distintas a las empresas tradicionales y muy atractivas; como flexibilidad horaria, trabajo en remoto, espacios de trabajo abiertos y con zonas para el descanso o el ocio, entre otros.

Sin embargo, en los últimos meses, estamos siendo testigos de una ola de despidos masivos en la industria (12.000 personas en Google, 10.000 personas en Microsoft, 8.000 personas en Salesforce, la mitad de la plantilla en Twitter…) que, además de sorprendernos por el gran volumen de trabajadores despedidos, está siendo noticia por las formas en las que se han comunicado. “Big tech is really bad at firing people”, afirmaba la revista Wired en un artículo de este mes de enero, repasando algunos casos en los que se ha comunicado a los empleados la decisión vía email o siendo desconectados directamente de los sistemas de trabajo antes, incluso, de cualquier comunicación formal.

Y es que este posicionamiento aspiracional que ha caracterizado al sector durante los últimos años no sólo se debe mantener en momentos de bonanza y crecimiento, sino que en situaciones de dificultad es extremadamente importante desarrollar estrategias de comunicación apropiadas que permitan sostener y seguir proyectando a futuro losvalores de la compañía.

¿Claves para lograrlo?

1 – Anticípate: la anticipación en situaciones complejas o de crisis es gran parte de la solución. Conocer de antemano los tiempos y preparar adecuadamente los mensajes y a los portavoces asegura un impacto más controlado y, en algunos casos, reducido que marca siempre la diferencia.

2 – Ten en cuenta todos los stakeholders: la comunicación de crisis, al contrario de lo que se suele pensar, no está enfocada a los medios de comunicación, al menos no únicamente. En una situación compleja, todos los públicos son importantes, los internos (empleados, accionistas, comité de empresa…) y los externos (medios de comunicación, autoridades, clientes, opinión pública…). Tenerlos a todos en cuenta y adecuar los mensajes para cada uno de ellos contribuye a minimizar el impacto de la comunicación que se realiza.

3 – Prepara los materiales con los mensajes: en situaciones de crisis hay que reducir al mínimo el espacio para la improvisación. Esto es especialmente importante en los mensajes, es decir, qué vamos a decir y, sobre todo, cómo. La recepción de una noticia negativa depende en gran medida de la forma de la comunicación. El cómo importa y mucho. Tomémonos el tiempo necesario para definir los mensajes y seamos coherentes durante todo el proceso.

4- Planifica cómo será la comunicación en cascada del Día D: En comunicación de crisis, llamamos Día D al día en el que se realiza la comunicación oficial del anuncio. Para evitar descontrol en la comunicación y sobre todo posibles filtraciones a los medios de comunicación o la generación de rumores espontáneos, tanto dentro como fuera de la organización, es necesario contar con un calendario. El calendario definirá el orden en el que comunicaremos el anuncio, primero a los públicos prioritarios (sindicatos, comité de empresa, empleados, accionistas y medios de comunicación) y, posteriormente, al resto de stakeholders en función de la estructura organizativa y el relacionamiento de la empresa (autoridades, instituciones, clientes, proveedores…).

5- Da la cara: En situaciones de reestructuración que impliquen el despido de una parte de la plantilla, es irreal pensar que no comunicarlo hará que no sea noticia. En estos casos, liderar la comunicación es la garantía para controlar el mensaje y tratar de reducir el impacto en la conversación. Ser proactivos en la comunicación no es una opción, sino un imperativo.

6- Muestra empatía y da las gracias: especialmente en la comunicación interna de la medida, es vital situarse del lado de los trabajadores, especialmente de aquellos que pueden estar afectados. Manifestar abiertamente la voluntad de alcanzar el mejor acuerdo posible y ponerse a disposición de los empleados y el comité de empresa para hacer que el proceso, aunque traumático, sea lo más tranquilo posible, dice mucho de la compañía, dentro y fuera de ella.

En definitiva, ante el riesgo de tomar decisiones complejas, las tecnológicas tienen la oportunidad de demostrar que las personas les importan, no solo en los buenos tiempos, sino también cuando las cosas vienen mal dadas. Hacerlo de la mejor manera posible es también un ejemplo de liderazgo.

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Autores

Eva Pedrol