Un sistema sanitario basado en valor, una ‘revolución’ pendiente

  • Temáticas
    Healthcare
  • Sector
    Salud e Industria Farmacéutica
  • Países
    Global

«El todo es más que la suma de las partes». Ya lo afirmaba Aristóteles hace miles de años. Una visión global que define a la perfección la filosofía que deberíamos adoptar a la hora de hablar de modelos sanitarios basados en el valor. Porque el valor no se reduce a un único ámbito de la salud, sino que se obtiene prestando atención a múltiples factores que no somos capaces de identificar de forma separada. Tan solo mediante un análisis en su conjunto nos permitirán ofrecer al paciente la mejor experiencia posible con el mejor uso de recursos.

Las últimas décadas nos han ofrecido verdaderos avances en la ciencia. Vivimos más y mejor, y siendo una buena noticia, aparecen nuevos retos como son el dar respuesta a las necesidades de las enfermedades cronificadas, gestionar las pluripatologías o evolucionar de una salud reactiva a una mucho más proactiva. En este sentido, un sistema sanitario basado en el valor puede ser un gran aliado en dar respuesta a estos retos. Una ‘revolución’ pendiente para la que es crucial detenerse en dos grandes ejes: la innovación y la colaboración.

Por un lado, a nadie le resultará extraño constatar que la innovación es protagonista en el camino hacia la medicina del futuro y en la generación de más valor para el paciente. En el caso de Novartis, la innovación biomédica siempre ha formado parte de nuestro ADN. Creemos firmemente en el poder de “reimaginar la ciencia” para dar con soluciones disruptivas que nos permitan abordar patologías de manera mucho más efectiva y aportar valor añadido a los pacientes desde tratamientos avanzados. Aquí entran en juego plataformas innovadoras como las terapias génicas, el ARN o la medicina nuclear. Técnicas incipientes que han empezado a demostrar un alto potencial en las principales causas de muerte en nuestro país, como es el caso de las enfermedades cardiovasculares o el cáncer.

Para fomentar la creación de valor para el paciente desde la innovación, es fundamental la aparición de políticas sanitarias que fomenten la investigación y nos impulsen hacia la medicina de precisión. Con estas políticas, además, tendríamos la posibilidad de potenciar el papel de España como hub catalizador de innovación biomédica. Pero todo ello supone un desafío complejo que no puede ser resuelto por ninguna organización de forma independiente. Lo cual me lleva a un segundo eje esencial para generar valor en nuestro sistema sanitario: la colaboración público-privada.

Mejorar el sistema requiere de la participación de todos los implicados: organizaciones académicas, clínicas, tecnológicas, hospitalarias, políticas, farmacéuticas, de pacientes… La colaboración será clave para trabajar no solo en la promoción de la innovación, sino también en mejoras en el acceso de pacientes a nuevos tratamientos, la agilización de los procesos de financiación pública para nuevos fármacos o la digitalización.

Por ejemplo, involucrar a los pacientes en espacios de diálogo nos ayuda a comprender sus necesidades e identificar puntos fuertes y débiles del sistema actual. Si complementamos esta información con la capacidad investigadora y productiva del sector farmacéutico, el talento de los profesionales clínicos, la creación de conocimiento de los entornos académicos y por supuesto el rol de las instituciones públicas en el diseño de políticas, podemos cocrear soluciones que nos ayuden a avanzar hacia un sistema optimizado en todos los sentidos que, además, sea sostenible en el tiempo.

Desde Novartis, convencidos de ello, impulsamos iniciativas de colaboración como la Alianza Estratégica para la Mejora del Proceso Asistencial, en la que, junto a organizaciones de distintos ámbitos de la salud, buscamos aportar nuestro grano de arena a un mejor sistema también desde la atención sanitaria. En este espacio, trabajamos sobre aspectos como la coordinación entre profesionales clínicos, la digitalización de procesos o el empoderamiento del paciente para que pueda tener un papel más activo en todo su recorrido asistencial.

En conclusión, y volviendo a las palabras de Aristóteles, definir un sistema sanitario basado en el valor es un efecto dominó, una reacción en cadena en la que no podemos prestar atención a un único factor, sino que debemos abordarlo de manera holística. No podemos concebir un sistema que promueva la innovación biomédica si no impulsamos también el talento investigador o agilizamos la llegada de nuevas terapias a los pacientes, del mismo modo que no podemos avanzar hacia una salud proactiva sin mejorar el recorrido asistencial del paciente con técnicas de cribado y diagnóstico para promover la prevención de patologías. Solo si trabajamos juntos seremos capaces de responder a todos estos desafíos para que así el todo –aquí, nuestro sistema sanitario– sea mayor que la suma de cada una de sus partes y ofrezcamos el máximo valor posible a los pacientes.

José Matías Pérez 
Value, Access and Solutions Head en Novartis España