El perfil bajo no existe, si quieres que te reconozca el mercado

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De la nada al todo puede haber sólo un paso. Por si alguien se anima, conviene recordarle dos aspectos a veces olvidados pero siempre cruciales antes de salir a bolsa: sin un relato corporativo (equity story) eficaz, a su empresa le costará mucho más ocupar la casilla de salida. Y sin una buena estrategia de comunicación a medida de los distintos grupos de interés, será todavía más difícil cruzar la línea de meta y volverse cotizada.

Al final, una salida a Bolsa siempre parece un modelo para armar. Las primeras piezas para levantar el mecano son las más complejas y confusas. Deben coordinarse estructuras, estrategias, calendarios y planes de visitas a inversores. Despejar posibles escenarios e hipotéticas horquillas de valoración, tramitar los procesos de admisión y acogerse en todo momento a la exigente normativa preestablecida.

Ahora bien, cuando se hayan modelado todas esas piezas, el rompecabezas deberá conformar el denominado folleto informativo, que se registrará ante el regulador. En él tocará dar un primer salto mortal ante los mercados: la información se hará pública, y por eso mismo debería ser transparente, y además construir un racional capaz de atraer a la comunidad inversora, despejar incógnitas y generar un estado de opinión favorable al intento de salida a Bolsa de que se trate.

En consecuencia, cualquier candidata necesita construir un racional atractivo, veraz y bien argumentado con todos sus porqués. Con ellos debe dar sentido a todo el proceso, despertar el interés y hacerlo reputacionalmente irreprochable.

No cabe duda que la comunicación eficaz del mismo ayudará a inclinar la balanza de ese proceso en la dirección adecuada. A la hora de armar sus puntos fuertes. También a prevenir y mitigar los flancos débiles, en caso de haberlos. Por no hablar de la utilidad de saber cómo actuar desde el principio ante los medios de comunicación y cómo trasladarles los distintos hitos del proceso. Algo especialmente relevante en épocas de avidez informativa, que preceden a una de sequía de operaciones, como la actual.

Para conseguir esto con éxito, es muy aconsejable aprovechar las semanas previas a la ventana de oportunidad para crear un entorno favorable que facilite el proceso posterior. Resulta especialmente importante si tenemos en cuenta que las ventanas para gestionar una operación de este tipo son cada vez más angostas e impredecibles. Preparar su apertura nos facilitará ese paso final que nos lleve hacia el todo, en este caso hacia el sonar de la campana del parqué.