La batalla comercial ha iniciado, ¿qué representa para los mercados e inversores?

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6 Feb 2025

La última oleada de aranceles (del 25 % sobre la mayoría de las importaciones de México y Canadá, actualmente en pausa, y del 10 % sobre los productos chinos) ha intensificado oficialmente una guerra comercial mundial que se viene gestando desde hace años. Aunque las negociaciones han retrasado algunas medidas, las implicaciones más amplias para las empresas y los mercados siguen siendo significativas. A medida que el impacto inicial se va disipando, queda un hecho: los mercados pueden ser impredecibles, pero presentan oportunidades para aquellos que saben cómo navegar por ellos. Este análisis explora las consecuencias, los riesgos para las economías clave y cómo los inversores pueden posicionarse para aprovechar las oportunidades en medio de la incertidumbre.

Campo de juego desigual: México y Canadá se enfrentan a mayores riesgos

Los riesgos económicos de esta guerra comercial están distribuidos de forma desigual, y México y Canadá podrían enfrentarse a riesgos significativamente mayores que Estados Unidos. Las exportaciones a EE. UU. representan el 78 % de las exportaciones totales de México y el 77 % de las de Canadá, mientras que las exportaciones de EE. UU. a estos dos países representan solo el 16 % y el 17 % de su base exportadora total.

Nota: Estados Unidos ha suspendido temporalmente el arancel del 25 % sobre las importaciones mexicanas y canadienses a la espera de las negociaciones en curso. Sin embargo, las empresas deben permanecer atentas. Si no se producen avances significativos, estos aranceles podrían restablecerse rápidamente, lo que supondría una mayor presión para las economías de México y Canadá, impulsadas por las exportaciones.

Esta disparidad es aún más llamativa si se observa desde la perspectiva del PIB:

  • las exportaciones de Estados Unidos a México y Canadá representan menos del 2,5 % de su PIB.
  • Para México y Canadá, las exportaciones a EE. UU. constituyen entre el 20 % y el 30 % del PIB.

Este desequilibrio deja a México y Canadá mucho más expuestos a las perturbaciones económicas derivadas de la reducción de los volúmenes comerciales, el aumento de los costes relacionados con los aranceles y la disminución de la competitividad de las exportaciones. Es probable que las empresas de sectores clave como la automoción, la manufactura y la agricultura sean las primeras en sentir la presión, lo que provocará un efecto dominó en sus economías más amplias.

Respuestas políticas: ¿negociación o represalia?

Dado el alcance de su exposición, se espera que México y Canadá presionen para conseguir negociaciones, medidas de alivio o aranceles de represalia. Ambos gobiernos se enfrentan a la difícil tarea de equilibrar las presiones internas de las industrias que dependen en gran medida de los mercados estadounidenses con la necesidad más amplia de mantener la estabilidad diplomática. Es probable que los inversores estén atentos a los posibles cambios de política, sobre todo en las industrias en las que las cadenas de suministro están muy integradas en toda América del Norte.

El factor X: la respuesta de China y las consecuencias para los consumidores

La reacción de China al nuevo arancel del 10 % representa una variable crítica en esta guerra comercial. China ya ha tomado represalias con aranceles adicionales sobre exportaciones estadounidenses clave, como los productos agrícolas, y ha implementado un escrutinio regulatorio más estricto sobre las empresas extranjeras. Es probable que los inversores vigilen cómo estas medidas afectan a los fabricantes y empresas tecnológicas estadounidenses que dependen de la producción china. A diferencia de México y Canadá, China depende menos del comercio estadounidense como parte de su PIB total. Sin embargo, sus cadenas de suministro profundamente entrelazadas, especialmente en la fabricación, la electrónica y la tecnología, la hacen vulnerable de formas más complejas e indirectas.

Los consumidores estadounidenses serán de los primeros en sentir el impacto, sobre todo a través de precios más altos en productos electrónicos de consumo, artículos para el hogar y ropa. Se espera que productos como teléfonos inteligentes, computadoras portátiles y electrodomésticos, muchos de los cuales dependen de componentes chinos, experimenten aumentos de precios en los próximos meses.

Para las empresas estadounidenses, el impacto podría ser aún más significativo. El sector tecnológico, que ya se enfrenta a las perturbaciones de DeepSeek AI y a las investigaciones estadounidenses sobre las compras de semiconductores chinos, puede encontrarse con nuevos retos a medida que los costes relacionados con los aranceles reduzcan los márgenes y perturben las cadenas de suministro.

La respuesta de China puede no limitarse a represalias arancelarias directas. Las medidas no arancelarias, como las medidas represivas reglamentarias contra las empresas estadounidenses que operan en China, las restricciones a las exportaciones de tierras raras y los retrasos en la tramitación aduanera, son posibles tácticas. Además, China puede reforzar sus asociaciones económicas con otras naciones, en particular mediante iniciativas como el programa Belt and Road, para contrarrestar la pérdida del comercio estadounidense.

Implicaciones más amplias: una desaceleración del crecimiento económico de EE. UU.

Si bien el impacto inmediato de la guerra comercial puede ser más pronunciado en México, Canadá y China, la economía estadounidense no es inmune a los efectos a largo plazo. Si el régimen arancelario actual persiste, Estados Unidos podría experimentar una disminución de la producción anual de hasta un 2 % hasta 2026. Las empresas se enfrentarán a un aumento de los costes, a la compresión de los márgenes y a una reducción de la competitividad global, especialmente en las industrias que dependen de las cadenas de suministro mundiales.

Alivio limitado de los mercados energéticos

Es poco probable que los precios de la energía, que históricamente han actuado como amortiguadores durante las recesiones económicas, ofrezcan mucho alivio esta vez. Para que los precios del petróleo compensen significativamente el impacto inflacionario de los aranceles, tendrían que bajar un 80 %, un escenario improbable dados los continuos recortes de producción de la OPEP y las preocupaciones sobre el suministro. La persistencia de los altos precios de la energía probablemente exacerbará las presiones inflacionarias, limitando su capacidad para mitigar las perturbaciones económicas inducidas por los aranceles.

El papel de los tipos de interés

A la tensión económica se suma el compromiso de la Reserva Federal de mantener tipos de interés elevados al menos hasta el tercer trimestre de 2025. Las recientes señales de los responsables políticos sugieren que es poco probable que se produzcan recortes de tipos hasta que la inflación disminuya de forma significativa, lo que podría limitar aún más la inversión empresarial y el gasto de los consumidores. Tras reducir el tipo de los fondos federales en 100 puntos básicos en las últimas tres reuniones, hasta un rango de entre el 4,25 % y el 4,50 %, los responsables políticos parecen haber alcanzado una meseta temporal. Sin embargo, con los riesgos de inflación aún presentes, las futuras medidas siguen siendo inciertas. El aumento de los costes de los préstamos afectará a la inversión empresarial, la vivienda y el gasto de los consumidores, lo que frenará aún más el crecimiento económico. Para los inversores, este entorno subraya la importancia de evaluar la exposición a la renta fija y los posibles riesgos de refinanciación en sus carteras, ya que se mueven para mantener la duración media de las carteras cerca de los niveles de referencia o por debajo.

Riesgo global: aranceles de los BRICS y posible aislamiento de EE. UU.

Los aranceles del 100 % propuestos por el presidente Trump a los países BRICS podrían marcar un punto de inflexión en el orden económico mundial. Con más de 30 países expresando su interés en unirse al bloque, la posibilidad de una mayor influencia de los BRICS plantea nuevos retos para las políticas comerciales y el crecimiento económico de EE. UU. Los mercados emergentes, que se espera que impulsen gran parte del crecimiento futuro del mundo, podrían volverse menos accesibles para las empresas estadounidenses, lo que afectaría a sectores que van desde la agricultura hasta la tecnología.

Para 2026, se prevé que el tipo arancelario medio de EE. UU. alcance el 22 %, lo que supone más de cinco veces el promedio histórico de las últimas tres décadas. Esta postura proteccionista puede proteger a ciertas industrias nacionales a corto plazo, pero corre el riesgo de socavar el crecimiento a largo plazo al reducir la competitividad de las exportaciones y aumentar los costes de producción.

Oportunidades en medio de la volatilidad: el caso del trading estratégico

Si bien las perspectivas económicas a largo plazo pueden ser inciertas, la volatilidad del mercado a corto plazo presenta oportunidades para los inversores tácticos. Con un dólar estadounidense más fuerte, tipos de interés elevados y una dinámica comercial global cambiante, incluidas las recientes medidas de represalia de China, las estrategias comerciales activas serán esenciales. Las fluctuaciones monetarias, en particular entre el yuan y el dólar, podrían presentar oportunidades para los operadores, al igual que las jugadas sectoriales específicas en tecnología, energía y productos básicos de consumo.

Consideraciones de la comunidad inversora

Las tensiones comerciales prolongadas crean incertidumbre, lo que a menudo conduce a una menor confianza de los inversores y a una mayor volatilidad del mercado. A los mercados de valores generalmente no les gusta la incertidumbre, y las disputas comerciales prolongadas pueden desencadenar un comportamiento de aversión al riesgo, lo que conduce a correcciones del mercado o a mercados bajistas.

  1. Aumento de los costes de los insumos y presión sobre los márgenes: Las empresas que dependen de bienes importados para sus cadenas de suministro se enfrentarán a mayores costes de los insumos debido a los aranceles. Esto es especialmente relevante para sectores como el manufacturero, el tecnológico y el minorista. El aumento de los costes puede reducir los márgenes de beneficio, lo que conlleva una disminución de las ganancias y una posible reducción de los precios de las acciones.
  2. Reducción de la competitividad global: Las empresas exportadoras de bienes pueden tener dificultades para seguir siendo competitivas en los mercados internacionales debido a los aranceles de represalia de otros países. Esto puede reducir las ventas, perjudicar el crecimiento de los ingresos y frenar el rendimiento de las acciones, especialmente en el caso de las empresas multinacionales.
  3. Cambio a sectores defensivos: Los inversores pueden abandonar los sectores cíclicos (como el industrial y el de consumo discrecional) y dirigirse a sectores defensivos (como el de servicios públicos, el sanitario y el de consumo básico) que están menos expuestos a la dinámica del comercio mundial. Este cambio puede conducir a un rendimiento relativo superior en estos sectores durante los períodos de volatilidad inducida por los aranceles.
  4. Fluctuaciones monetarias y volatilidad del mercado: Los aranceles pueden fortalecer o debilitar el dólar estadounidense, dependiendo de cómo afecten a las balanzas comerciales y a la confianza de los inversores. Un dólar más fuerte puede perjudicar a las empresas con importantes ingresos internacionales, mientras que el aumento de la volatilidad del mercado puede provocar una mayor venta masiva de acciones.
  5. Posibilidad de cambios estructurales a largo plazo: los aranceles persistentes pueden llevar a las empresas a reestructurar sus cadenas de suministro, trasladar la fabricación o incluso reconsiderar la expansión de los mercados. Estos cambios pueden tener implicaciones a largo plazo para las valoraciones de las empresas y las estrategias de los inversores.

 

La adaptabilidad es esencial

 

En una guerra comercial de esta magnitud, el éxito dependerá de la flexibilidad, la disciplina y la capacidad de reaccionar rápidamente a los cambios del mercado. La pausa temporal en los aranceles contra México y Canadá, combinada con las medidas de represalia en evolución de China, muestra lo rápido que pueden cambiar las condiciones, lo que hace que sea esencial que los inversores se mantengan informados y ágiles. Si bien las preocupaciones a largo plazo en torno al crecimiento, la inflación y las tensiones geopolíticas siguen siendo válidas, la volatilidad a corto plazo ofrece oportunidades para los inversores dispuestos a mantenerse adaptables y disciplinados. Al centrarse en la transparencia, la comunicación estratégica y el compromiso constante, un programa de comunicación sólido transforma la incertidumbre en una oportunidad para fortalecer las relaciones con los inversores y demostrar la resiliencia y el potencial de crecimiento de la empresa.

¿Quiere convertir esta volatilidad en una oportunidad? Permítanos guiarle a través de respuestas estratégicas de mercado y posicionar su cartera para la resiliencia y el crecimiento.