Como en pocas actividades humanas, los viajes -como expresión social-, representan no solo una forma de liberación y aprendizaje, sino una actitud de vida que retrata los valores y, en general, la cultura de las sociedades modernas. A medida que las fronteras se han abierto, como consecuencia, los viajeros han retomado su derecho a la actividad turística con más fuerza que antes. Sin embargo, el laboratorio social que ha sido la pandemia y la recuperación asimétrica que los países están presentando, ha generado cambios profundos en las tendencias de viaje. Destaco tres tendencias que vale la pena mencionar: 1) La sustentabilidad como eje rector de un viajero responsable que le preocupa, más que nunca, el impacto de sus acciones y que está forzando a las empresas y destinos a replantear las capacidades de carga en cantidad y calidad. 2) El bienestar físico, mental y espiritual del ser humano como escudo a las incertidumbres de vida, en donde los viajes son verdaderos catalizadores de una recuperación, regeneración y revitalización interna. 3) Finalmente, la inclusión como manera intrínseca de toda organización o lugar que se precie de ser relevante y tener un peso específico (propio).
La lucha por convertir a las ciudades y destinos en espacios social y culturalmente abiertos para todos, representando la diversidad de formas de vida y creencias, apenas comienza.
Rodrigo Esponda Managing Director de Los Cabos Tourism Board

