Cómo hablar el lenguaje ESG con fluidez

Cómo hablar el lenguaje ESG con fluidez

Cualquiera estará de acuerdo en que, si el modelo de negocio de una compañía cotizada es cíclico, será fundamental que explique las expectativas de ingresos de cada ejercicio, y que se dirija a los inversores expertos en ese tipo de negocios. Tampoco habrá cambios sustanciales si la compañía puede ser catalogada como utility, growth, value o simplemente se vincula a determinada área de actividad. Al final todo se resume en comunicar desde tu organización en línea con lo que tus públicos objetivos esperan escuchar.

Esto, que en la teoría puede parecer muy simple, en realidad resulta tan complejo como de vital importancia. Especialmente si nos obligan a hacerlo en un entorno con requisitos crecientes y, en muchos casos, todavía poco homogenizados como los ESG. Para ello, será clave entender un lenguaje todavía novedoso, pero de popularidad creciente en el mercado.

Qué hacer

En primer lugar, si analizamos qué hacer para trabajar nuestro posicionamiento ESG, lo primero será establecer un plan de trabajo “de puertas hacia adentro”. En él se deberán poner en marcha aquellos procesos que mejor encajen con nuestro modelo de negocio, los que sean materialmente relevantes para nosotros y además lo sean en comparación con nuestros peers y la industria.

En segundo lugar, y sobre todo si se trata de una compañía cotizada, es importante que los resultados sean reportados pública y correctamente, así como que estén alineados con estándares internacionales reconocibles y “trazables” por el resto de los participantes en este proceso de inversión. A saber: inversores, analistas, agencias de rating ESG, proxy advisors o administraciones, entre otros. Quien quiera saber acerca de la política de ESG de una compañía debe encontrar información accesible y de calidad.

Cómo contarlo

Con los resultados a punto, la estrategia de comunicación deberá ir en dos direcciones. Por un lado, conviene difundir ante los medios de comunicación y los demás stakeholders aquellas buenas prácticas que la compañía esté desarrollando. No tendría sentido destacar en un aspecto tan importante y transversal como son las iniciativas sostenibles o de buen gobierno y no trasladárselas a nuestros públicos de interés.

A la vez, existe un entorno creciente y cada vez más complejo de inversores que buscan compañías responsables. Premiarán las iniciativas que les ayuden a balancear sus porfolios con criterios de buena rentabilidad asociados a una óptima gestión de los riesgos. Por tanto, no deben dejarse pasar las oportunidades de explicar y detallar directamente las “bondades” de nuestras iniciativas en materia de ESG a aquellos inversores interesados en escucharnos a través de las iniciativas de corporate access que podamos desarrollar.

Con más de 345.000 millones de euros solo en España, la inversión sostenible sigue batiendo récords año tras año tal y como señala el último informe de Spainsif sobre la Inversión Sostenible y Responsable en España. Solo el ejercicio pasado, el incremento fue un 21%, y por primera vez los activos ESG superaron a los tradicionales. Por tanto, conviene no despreciarlos.

Cómo prepararnos para el futuro

El buen estado de esta tipología de inversión obedece a varios factores. Por un lado, la concienciación social acerca de los problemas medioambientales, sociales y de gobernanza de las compañías supone una realidad incuestionable, tanto entre ciudadanos de a pie como entre los clientes de grandes fondos y gestoras de inversión globales. Por otro, la regulación y el ordenamiento normativo global, con Europa a la cabeza, está dando pasos importantes para homogeneizar la información ESG reportada por los emisores. Sin duda, este será el gran reto para el futuro próximo.

Además, los inversores están cada vez más formados y concienciados acerca de los beneficios que esta filosofía les posibilita respecto al riesgo de sus activos. De hecho, la categoría ESG pronto quedará obsoleta, una vez el grueso de los inversores tenga integrados estos criterios en sus procesos, como parece apuntar el futuro de la industria.

Así, según apunta el informe de Spainsif antedicho, entre las técnicas de análisis de inversión más utilizadas a la hora de escoger el destino de los fondos, la integración (aquella que incorpora los aspectos ESG en todo el proceso de análisis) ya es la más utilizada, seguida de la exclusión (consistente en eliminar de nuestra cartera compañías de determinados sectores como armas, tabaco, alcohol o aquellas cuyo modelo de negocio se basa mayormente en la explotación de fuentes de energía contaminantes, por ejemplo).

Si nos centramos en los procesos de integración en cuanto tendencia creciente y llamada a ser la dominante, cabe plantearse si las compañías cotizadas están preparadas para este exhaustivo escrutinio por parte de los inversores. Con carácter general, y al margen de casuísticas concretas, la mejor forma de disipar esta duda es hacer las cosas bien pensando no sólo en el beneficio propio, sino también en el conocimiento de nuestro entorno para determinar dónde poder destacar, y sobre todo saber hablar con fluidez el lenguaje de la inversión ESG. Un idioma que va camino de hegemónico en los próximos años. Está en nuestras manos aprender a hablarlo.

Luis Guerricagoitia Director Senior de Comunicación Financiera en LLYC
Ignacio Colmenero Consultor Senior de Comunicación Financiera en LLYC

Luis Guerricagoitia Director Senior de Comunicación Financiera en LLYC
Ignacio Colmenero Consultor Senior de Comunicación Financiera en LLYC